detuvieron a un cirujano pediátrico del Hospital de Niños de San Justo por pedirle fotos íntimas a una nena de 11 años

Publicado: 14 / 07 /2024


Un cirujano pediátrico del Hospital de Niños de San Justo fue detenido este viernes en el barrio porteño de Caballito luego de ser acusado de grooming a una nena de 11 años que había sido su paciente.

El hombre, de nacionalidad boliviana, era investigado desde abril cuando, en ese entonces a través de la red social Instagram, le pedía a la menor que le enviara fotos íntimas, con la excusa de hacer un seguimiento por una operación que le había hecho en la parte inferior de su cuerpo tiempo atrás. También la invitaba a mantener encuentros en su domicilio particular.

Tras la realización de la denuncia, se inició una investigación a cargo de la Ayudantía Fiscal de Delitos Conexos a la Trata de Personas, Pornografía Infantil y Grooming del Departamento Judicial de La Matanza, bajo la responsabilidad la fiscal Lorena Natalia Pecorelli.

En ese marco, se analizó el contenido que frecuentaba el acusado en sus redes, las distintas bases de datos y números de IP. Mediante tareas de vigilancia y seguimientos encubiertos, los detectives determinaron que residía en Caballito.

A través de las pruebas aportadas por los federales, el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal Contravencional y de Faltas N° 19, encabezado por juez Agustín Eduardo Reggi, ordenó el allanamiento del domicilio del médico.

Allí lo detuvieron y además se secuestraron dos notebooks, un disco rígido externo, un pendrive, cuatro celulares y demás elementos de interés para la causa relacionada con el grooming.

Grooming es una palabra inglesa que describe la acción por la cual una persona usa redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto o juegos en línea para ponerse en contacto con menores de edad para cometer delitos sexuales (abuso e incluso violación).

Grooming: 8 consejos para cuidar a los chicos

Según el CEO de la empresa de ciberseguridad VU, Sebastián Stranieri, los padres tienen que estar atentos a los siguientes consejos:

1. Informarse. Es la mejor estrategia para los adultos. Hay que tomarse un tiempo para entender cómo funcionan las aplicaciones que utilizan los chicos y estar pendiente de posibles actualizaciones, para poder sentarse con ellos y explicarles cómo utilizar las redes sociales y advertirle de sus peligros.

2. Compartir el uso de la tecnología. Algo que puede servir para pasar un buen momento es también una manera de entender la relación que tienen con el mundo digital, y nos ayuda a los adultos a estar mejor preparados ante cualquier eventualidad.

3. Compartir la capacitación en seguridad. Hoy en día es posible acceder a material de todo tipo y para todas las edades en Internet, que les enseña a los niños sobre las distintas amenazas que existen online. Verlas junto a ellos permite entender también cómo encarar este tema con los más chicos.

4. Respetar las restricciones. No es adecuado que los niños cuenten con redes sociales antes de los 14 años. Hacer trampa y abrir un perfil “porque todos los amigos tienen el suyo” no es un buen comienzo. La mayoría de las redes establecen los límites de edad en 13 o 14 años.

5. Configurar la privacidad de las cuentas. Es deber de los adultos investigar cómo activar el control parental y cómo configurar los perfiles de los niños para que estén restringidos solo a amigos y familiares.

6. No hablar con extraños. Este consejo, que nos daban cuando éramos chicos, está más vigente que nunca en Internet. Los niños deben entender que bajo ningún concepto deben entablar conversaciones con gente que no conozcan. Los adolescentes, en especial, deben saber que no es conveniente compartir información personal y privada, ni tampoco responder mails o entrar en contacto con extraños.

7. Generar un entorno seguro de navegación. Así como las app, los navegadores y buscadores también cuentan con herramientas de control parental. El uso de dispositivos conectados a Internet debe ser en entornos comunes del hogar y nunca en espacios a los que no pueda acceder un adulto.

8. No retarlos. Si en algún momento los chicos llegasen a realizar una acción que los exponga o los ponga en riesgo, es importante evitar el reto y mantener un diálogo abierto para comprender qué pasó, para luego realizar la denuncia en caso de que corresponda.





Source link